martes, 28 de abril de 2015

EL RELOJ DE ORO

                                
Un día, el señor Tobías Jiménez descansaba un rato en su casa, estaba muy tranquilo hasta que la paz se interrumpió. Fue a investigar, y vio un desorden exactamente en el sitio donde guardaba su reloj de oro. Tobías buscó el reloj muy desesperado, ya que se lo había regalado su abuelo. Se estimaba que el preciado objeto tenía un valor de un millón de euros.
Después de tanto buscar, no lo encontró.

Se dirigió a hacer la denuncia a la comisaría, y comenzaron la investigación el detective Franklin y  su ayudante John.
Los detectives le pidieron toda la información del robo y sus detalles. Tobías les explicó todo lo sucedido, y luego el detective le preguntó si tenía ayudantes en su casa. Jiménez le respondió que tenía dos: Abigail y Carlos.
- Abigail tiene muchas ambiciones, pero siempre fracasó. Ella siempre deseó pertenecer a la clase alta, pero nunca lo pudo conseguir. Yo siempre le dejaba la llave de todos las habitaciones de mi mansión para que cierre antes de retirarse - relató el dueño del reloj - Carlos es un muchacho parecido a Abigail, pero a él no le interesa por ahora llegar a ser rico, pero en cambio a su padre sí le importa mucho. Él está peleado con su padre ya que haría cualquier cosa con tal de ser rico.
- ¿En qué lugar de la casa estaba ubicado el reloj de oro? - preguntó Franklin.
- Estaba ubicado en el armario, pero Abigail o Carlos siempre lo cerraban- respondió el señor Jiménez.
-Exactamente ¿en qué horarios trabajan Abigail y Carlos? ¿Se llevan bien ellos dos? y... ¿de qué se encargaba cada uno?- siguió interrogando el detective.
-Trabajan desde las 7 a las 10 de la mañana. Ellos dos se llevan muy bien. Abigail se encarga de la limpieza, y Carlos se encarga de hacer el mantenimiento de mi casa.
-¿Me puede decir los números de teléfono de ellos? - preguntó John.
- Sí, claro- Jiménez anotó ambos números telefónicos en un papel que entregó a Franklin.
- Puede irse- dijo John. Vamos a llamarlos.


Franklin los llamó y les dijo que debían presentarse en su oficina. que quedaba en Montiel 1445.
Carlos y Abigail llegaron a la oficina, y el inspector les preguntó:
-¿Qué soñaba ser de niña usted?
-Yo quería llegar tener mucho dinero, haría todo por llegar a eso.
- Y usted Sr. Carlos, ¿qué soñaba ?
- A mí no me importaba llegar a ser rico, pero mi padre siempre me exigía llegar a eso.
- Carlos, ¿su padre sabe dónde trabaja usted ?
- Sí, sabe - contestó temerosamente.
- ¿Saben algo del reloj desaparecido de su jefe? - preguntó el detective.
Los sospechosos se miraron fijamente,y dijeron:
-No, no - tartamudeando y tocándose la nariz-
-¿Dónde vive su padre? - dijo el detective
-En Mataderos. Pero ¿por qué quieren saber eso?
- Porque sospechamos de él- dijo intimidantemente el detective.
-Yo voy a ayudarlos con toda la información que necesiten, mi padre vive en la Av. Escalada 2156 en una casa que parece abandonada - dijo Carlos con bronca.
- Bien. Pueden irse- los despidió el investigador.


John y Franklin llegaron a la dirección indicada. La casa era tal cual como dijo Carlos. Los detectives tocaron la puerta pero nadie contestó.
Después de tocar varias veces decidieron entrar a la fuerza. La casa estaba abandonada, desordenada, y sólo había una computadora, los platos sin lavar.
Encendieron la computadora y observaron algo muy raro: una conversación entre Carlos, su papá y Abigail.
Esto fue lo que leyeron en el monitor de la sucia computadora:


- Tengo muchas ganas de tener dinero - decía el papá de Carlos.
El señor para la trabajamos con Carlos tiene un reloj de oro valuado en un millón de euros - decía Abigail.
-No piensen ustedes dos que vamos a robar a Don Tobías, si ustedes deciden robarle, yo me aparto -dijo Carlos.


Carlos abandonó la conversación y se quedaron hablando Abigail y el papá de Carlos.


“Escuchame, Abi, el robo va ser así: vos mientras estás trabajando y sin que te vea tu jefe, vas a tomar el reloj, yo voy a estar afuera de la casa esperándote con mi auto. Desde ahí nos iremos al Aeropuerto. Vamos a ir a Misiones y nos escaparemos y nadie nos va a encontrar”,decía el viejo.


La conversación, según leyó el detective, se realizó el día lunes 6 de abril. Los delincuentes planeaban el robo el 13 de abril a las 10 am.
- ¿Qué fecha es hoy?-
- Hoy es 15 de abril. Ya deben estar en Misiones… No vamos a poder encontrarlos, pero sí a Carlos por cómplice, ya que él supo que planeaban robarle a Jiménez y no hizo nada para detenerlos, ni los denunció- dijo John.

John y Franklin nunca pudieron encontrar a Abigail ni tampoco al papá de Carlos, pero Carlos fue puesto tras las rejas acusado de ser cómplice, aunque él nunca participó del robo.

BERENICE TOLOSA / EZEQUIEL ORELLANA

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